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26 nov 2013

Enfermedad de Chagas, también en las metrópolis

[Argentina] “El 60% de los pacientes con Enfermedad de Chagas en Argentina se encuentra viviendo en las grandes ciudades”, señala el doctor Sergio Auger, director del Consejo de Enfermedad de Chagas-Mazza de la Sociedad Argentina de Cardiología y miembro de la Fundación Cardiológica Argentina.

La forma de transmisión más frecuente de esta enfermedad es a través de la vinchuca. Cuando este insecto “tiene el parásito, al picar chupa la sangre y en ese mismo momento defeca, eliminándolo. La picazón hace que la persona se rasque y, al rascarse, entra el parásito en el organismo”, explica la doctora Mónica Foccoli, jefa de infectología de Corporación Médica San Martín, y médica de planta de la división infectológica del Hospital de Clínicas.

“A la vinchuca le gusta el calor, por lo que se encuentra especialmente en regiones tropicales y subtropicales”, señala Foccoli. La presencia de la enfermedad en áreas urbanas se debe a la migración desde los ámbitos rurales en que se encuentra la vinchuca, como pueden ser en nuestro país las provincias de Tucumán, Chaco o Formosa.

La ausencia del insecto en las grandes ciudades hace que no haya “riesgo de contagio, más allá de la trasmisión madre-hijo y la que se puede producir por transfusión de sangre, aunque esto último está muy controlado hoy en día”, observa el doctor Rubén Laiño, jefe de la sección de Electrofisiología no invasiva de ICBA (Instituto Cardiovascular de Buenos Aires).

Se calcula que en Argentina hay alrededor de un millón y medio de infectados, siendo el Chagas la causa de unas cinco mil muertes por año.

Aunque es una enfermedad endémica de América Latina, producto de las migraciones, se ha expandido también a otras regiones. “En Estados Unidos, por ejemplo, hay de 300.000 a 500.000 casos. Como allá no era una enfermedad endémica, cuando se donaba sangre no se hacían los controles correspondientes y se trasmitía por transfusiones”, observa el doctor Auger.

Las etapas de la enfermedad


“La enfermedad atraviesa tres etapas. En la aguda, que es la primera, los síntomas pueden ser fiebre prolongada y agrandamiento de los ganglios, el hígado y el bazo”, explica Laiño, y agrega: “luego viene una segunda etapa que es asintomática, y el paciente puede estar 20, 30 años sin tener ninguna afectación ni cardíaca, ni del aparato digestivo.”

Entre un 70 y un 75% de los pacientes se mantienen en esa etapa. El resto evoluciona a la fase crónica, con cardiopatías. Los síntomas en esta tercera etapa pueden ser falta de aire, hinchazón de los pies, arritmias o pérdidas de conocimiento, entre otros. Que aparezcan o no estos síntomas depende del huésped, de sus defensas y también de las diferentes cepas de parásitos que hay.

La Enfermedad de Chagas afecta el sistema de conducción eléctrica, haciendo que el corazón lata muy lento o tenga pausas muy largas, pudiendo ser a veces necesaria la implantación de un marcapasos.

Cardíacamente, señala el Dr. Laiño, “el paciente chagásico puede morir por dos razones. La primera es la dilatación del corazón, que hace que este ya no pueda cumplir su función generando insuficiencia cardíaca. La otra razón es que se produzcan arritmias muy graves, de 200 a 240 latidos por minuto, lo que hace que al corazón le entre muy poca sangre”

Excepto cuando se halla en estadios muy avanzados, la enfermedad es reversible. Desde recién nacidos hasta los 19 años, hay altas chances de curación. En personas más grandes la efectividad se vuelve menor y hay que dar dosis más grandes de antiparasitarios. Como estos tienen efectos adversos, a veces graves, el tratamiento pasa a ser una decisión médico – paciente.

De todos modos, deben tratarse los síntomas específicos en la medida que aparecen. E incluso en el periodo de latencia “se cita al paciente cada seis meses o un año, haciéndole todos los estudios. Si se ven cambios, se apunta a esos síntomas: si es una arritmia se lo trata con drogas anti arrítmicas; si es un bloqueo grave, va el marcapasos”, señala el Dr. Auger.

Prevención


La vinchuca anida y duerme en casas con techos de paja, que tienen barro, grietas y muchos animales cerca. La pobreza, sobre todo rural, está así muy ligada a esta enfermedad, siendo fundamentales las condiciones de higiene y vivienda dignas para erradicarla, así como la fumigación periódica.

Por otro lado, es importante la educación sanitaria para “reconocer la vinchuca y saber que hay que matarla, llamando a los agentes correspondientes, y también para reconocer los síntomas cuando aparecen y hacer las consultas apropiadas”, explica la Dra. Foccoli.

En lo que hace a las zonas urbanas, a toda mujer embarazada se le hace el estudio correspondiente para saber si tiene o no la enfermedad. Si sale positivo, cuando nace el bebé hay que hacerle estudios específicos para saber si contrajo o no la enfermedad, ya que tiene probabilidades de curación cercanas al 100%.

La discriminación


“Muchas veces vienen a Buenos Aires personas de las zonas rurales para mejorar su situación, pero terminan viviendo en las villas de emergencia porque para ingresar a un trabajo se les hace un estudio de Chagas”, observa el doctor Auger.

“Quizás el examen le da positivo pero la enfermedad está en estado de latencia y va a desarrollar mucho más adelante los síntomas cardíacos, o no los desarrolla nunca. Es como no darle trabajo a una persona porque fuma y en diez años podría desarrollar un infarto”, concluye el especialista.

Todo esto trae un trastorno para la persona y para la familia: la estigmatización, el desarraigo, la pobreza.

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