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17 dic 2018

Secuenciados los genomas de dos nuevas cepas del parásito causante del Chagas

Desde 2005, cuando se publicó la primera secuencia genómica de Trypanosoma cruzi, los científicos han encontrado una gran variabilidad genómica entre las cepas de este parásito, causante de la enfermedad de Chagas.

Esto, según los especialistas, podría corresponderse con la variabilidad observada en modelos de infección y desarrollo de la enfermedad in vitro. Sin embargo, solo unos cuantos genomas han sido secuenciados.

Hasta la fecha no existe cura para la enfermedad de Chagas y los fármacos disponibles suelen causar efectos secundarios que obligan a los pacientes a abandonar el tratamiento

Mediante el uso de nuevas tecnologías de secuenciación masiva y análisis bioinformático, un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) fue capaz de ensamblar –a partir de millones de secuencias y a manera de un gran ‘puzzle’– dos nuevos genomas de Trypanosoma cruzi, logrando extraer su información y significado biológico.

Los dos nuevos genomas, descritos en Scienitific Reports, se corresponden a cepas de gran interés científico. “Una de las cepas está relacionada con altos niveles de virulencia (Y). La otra es una cepa híbrida asociada a transmisión vertical de la enfermedad (Bug2148)”, declaran los autores.

“Esta comparativa genómica –agregan– nos permitió identificar los grupos genéticos más probables asociados al desarrollo de la enfermedad y al proceso de infección, así como la identificación de familias proteicas expuestas a constante evolución que confieren al parásito una ventaja biológica ante el desarrollo de fármacos”.

La enfermedad de Chagas

La Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) ha identificado la enfermedad de Chagas como una de las principales causas de muerte en América Latina (responsable de 20.000 a 50.000 muertes anuales).

Actualmente se estima que existen 25 millones de personas en riesgo de contraer este mal, tanto en zonas endémicas como no endémicas, incluyendo prácticamente todo el continente americano y parte del europeo.

Hasta la fecha no existe cura y los fármacos disponibles suelen causar efectos secundarios que obligan a los pacientes a abandonar el tratamiento, por lo que es considerada una de las enfermedades tropicales más desatendidas.