El Programa dependiente del Ministerio de Salud prevé «contratar unos 400 fumigadores en todo el país y adquirir 90 camionetas para hacer una verdadera acción de control con gente entrenada», dijo Freilij a Télam.
El médico fue de uno de los primeros en tratar la enfermedad en niños a principios de los ’80, con un equipo en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez que desarrolló un método diagnóstico de búsqueda de parásitos que se utiliza ahora en toda América.
Freilij acaba de asumir la dirección del Programa junto a la bioquímica Cynthia Spillmann, con quien coordinará el plan con la «intención de hacer lo que ya se sabe que hay que hacer, y que hasta el momento se hizo muy parcialmente».
«Entre los dos estamos remozando el Programa, que estuvo semiparalizado en los últimos dos años, entre otras cosas, porque había menos presupuesto que ahora», dijo el funcionario.
Una medida fundamental apunta a «los seres humanos, tal como establece la Ley 26.281 de 2007, que obliga a hacer el estudio a todos los niños hasta los 15 años en la Argentina, para detectar chicos que están infectados y darles tratamiento», enfatizó.
«Otra cosa importante es la modificación del hábitat a través de viviendas saludables» en vez de la casa rural «que enferma», tal como define un sociólogo venezolano a los ranchos con techo de paja que, en vez de proteger a las familias, aloja a la vinchuca y genera una enfermedad, dijo Freilij.
«En Argentina hubo experiencias negativas, como poner techo de chapa en Santiago del Estero, pero trabajando en Bolivia he visto poner a las viviendas techo de tejas y cambiar el revoque de las paredes con un costo de 300 dólares y el trabajo de los mismos pobladores», ejemplificó.
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