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18 jul 2011

Alimentos pueden transmitir toxinas y bacterias

La mesa está servida y, a veces, las toxinas y bacterias también. Los alimentos, incluso aquellos preparados en el hogar, pueden estar contaminados y provocar afecciones gastrointestinales.

Los expertos de Fundación Bengoa, que durante décadas han estudiado el comportamiento nutricional de la sociedad venezolana, vinculan el repunte de diarreas con un aumento en la contaminación de las comidas. Para enfatizar en una mejor higiene de los alimentos y la consecuente reducción de riesgos para salud, en alianza con Farmacias Saas presentaron la campaña Comida peligrosa, dentro de su programa educativo Juntos contra la Malnutrición.

Virgilio Bosch, Maritza Landaeta de Jiménez y Yaditza Sifonte, de Fundación Bengoa, acompañados de Andrés Belloso, de la red Saas, explicaron que el riesgo de contaminación está presente desde que se cultiva el alimento hasta que se cocina.

"Estamos contemplando el alimento como vehículo de un problema. Los alimentos pueden ser atacados por toxinas y agentes biológicos en cualquier momento", afirma Bosch.

La E.coli que recientemente mató a más de 40 personas en Europa y los tres brotes de Chagas oral que cobró la vida de varios niños en Venezuela en pocos años, son tristes ejemplos de contaminación alimentaria que pudieran haberse minimizado con lavar los alimentos, en el caso europeo, o no dejar la comida expuesta al ambiente, como en dos de los tres casos venezolanos de Chagas.

"Se ha perdido el control de la higiene. No se cumplen las normas sanitarias. En los automercados, por ejemplo, es usual ver quesos y mariscos afuera de la nevera. Eso puede causar contaminación. Las fallas de luz también inciden en la descomposición de los alimentos", dice Landaeta.

Estafilococos, gastroenteritis, Salmonella, E. coli, disentería y amibiasis son sólo algunos de los agentes biológicos y enfermedades que pueden viajar como polizontes en la comida y causar daño al organismo. Pueden llegar a ser letales en niños, adultos mayores, embarazadas y en personas que sufren enfermedades crónicas o debilitantes como cáncer, diabetes o VIH. En Venezuela, la más común es la diarrea provocada por estafilococo. "Las diarreas están relacionadas con toxinas por infección alimentaria", expresa Sifonte.

El estafilococo puede vivir en varios alimentos, sobre todo en queso y pollo, o en la garganta, boca y nariz de quien cocina. Probar la sazón varias veces con la misma cucharilla, manipular alimentos con las manos sucias o una higiene deficiente al cocinar pueden facilitar la transmisión de estafilococos al resto de la familia.

Algunas infecciones son tan rápidas que en menos de seis horas ya producen una reacción violenta. Así ocurre con la intoxicación por estafilococo. Otras enfermedades pueden demorar 10 horas en manifestarse, como la gastroenteritis y la E.coli; 72 horas, como la salmonella, presente en cáscaras de huevos y en alimentos que han estado en contacto con la tierra; 96 horas, como la disentería, contagiada por heces y moscas y hasta semanas, como la amibiasis.

Con su campaña Comida Peligrosa, Bengoa y Saas buscan difundir -a través de una pieza audiovisual y de folletos que se reparten gratis- medidas para el cuidado de los alimentos.

Fuente: El Universal

13 jul 2011

Después de 30 años, estudian una nueva droga contra el Chagas

Después de tres décadas sin novedades, el tratamiento del Chagas podría sumar una nueva arma que mejoraría las tasas de erradicación del Trypanosoma cruzi , el parásito que causa esta enfermedad que afecta a aproximadamente dos millones de argentinos, y que en el 30 al 40% de los casos presenta serias complicaciones cardíacas o digestivas.

El candidato es el posaconazol, un fármaco antifúngico que se encuentra disponible en la Argentina desde el año pasado para el tratamiento de infecciones micóticas severas en pacientes inmunocomprometidos. Estudios en animales han demostrado que el posaconazol es 30 veces más potente que el benznidazol, uno de los dos medicamentos que actualmente se emplean en el tratamiento de la enfermedad de Chagas.

"Esto fue demostrado por un investigador básico venezolano, el doctor Urbina, que mostró que el posaconazol impide la replicación del T. cruzi ", dijo a LA NACION el doctor Carlos Caparrós, director regional de Investigaciones Clínicas para América latina de Merck, Sharp & Dohme (MSD).

Esa compañía farmacéutica anunció que está iniciando los estudios clínicos de Fase II del posaconazol en 160 pacientes con Chagas de la Argentina y de Brasil. Si los resultados -que se esperan para 2013- confirman lo observado en animales, se iniciará un estudio de Fase III, que es el último antes de solicitar la aprobación de un nuevo medicamento (en este caso, de una nueva indicación terapéutica para un medicamento ya aprobado).

Su posible introducción dentro del arsenal terapéutico que se emplea contra la enfermedad de Chagas podría ayudar a ampliar las posibilidades de erradicación del parásito, hoy muy limitadas.

"Si el paciente con Chagas es tratado durante el período agudo de la enfermedad, es posible obtener la cura en el 80% de los casos, pero el problema es que la fase aguda suele pasar desapercibida", explicó Caparrós.

En la mayoría de los casos, la enfermedad es detectada en su fase crónica, en la que las tasas de curación se reducen significativamente. "En su fase crónica, el Chagas puede ser curado hasta en el 60% de los pacientes, cuando se trata de niños o jóvenes -agregó Caparrós-. Pero cuando el Chagas crónico se trata en adultos los índices de curación están en entre un 5 y un 11 por ciento."

La enfermedad de Chagas es endémica en toda América latina, donde es transmitida principalmente a través de las picaduras de insectos, como la vinchuca.

La infección por T. cruzi también puede contraerse a través de transfusiones con sangre contaminada, de trasplantes de órganos provenientes de personas infectadas, o puede pasar de la madre al hijo, ya sea durante el embarazo o durante el parto.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008 murieron en todo el mundo unas 10.000 personas como consecuencia de la enfermedad de Chagas.

DISEÑO COLABORATIVO


El estudio del posaconazol se realizará en diez centros de referencia en el tratamiento del Chagas: cuatro en la Argentina y seis en Brasil.

Los 160 pacientes participantes -todos en fase crónica asintomática- serán divididos en cuatro grupos: uno recibirá el posaconazol; el segundo será tratado con benznidazol; el tercero, con ambos medicamentos, y el cuarto, con un placebo.

"Como no existe un estándar de tratamiento y el índice de curación es tan bajo en la población de pacientes crónicos asintomáticos, incluimos un grupo con placebo", explicó Caparrós.

En el diseño del protocolo de investigación del posaconazol, que cuenta con el aval de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la fundación Drugs for Neglected Diseases(Drogas para Enfermedades Olvidadas), participó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

Según Caparrós, "esto derriba el mito de que las compañías no pueden trabajar en conjunto con organismos no gubernamentales y agencias sanitarias y regulatorias".

Además, agregó, muestra que las compañías farmacéuticas pueden involucrarse en la investigación de enfermedades ignoradas, como el Chagas.

SE NECESITAN TRATAMIENTOS EFICIENTES


"La posibilidad de contar con un nuevo medicamento para el Chagas es muy importante, ya que los tratamientos actuales son claramente no eficientes y presentan muchos efectos colaterales", opinó el doctor Alberto C. Frasch, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas y el Instituto Tecnológico Chascomús (IIB-Intech). "Tan importante como eso es la inversión en el desarrollo de nuevos medicamentos en una enfermedad como el Chagas, en la que no hay una fuerza conjunta tendiente a solucionar problemas concretos, como la falta de nuevas estrategias de tratamiento."

5 jul 2011

Unas 67.000 personas están infectadas en España del mal de Chagas

Así lo ha puesto de manifiesto hoy la catedrática Caridad Sánchez Acedo, quien preside el Comité organizador del XII Congreso Ibérico de Parasitología, en el que más de doscientos especialistas analizan desde hoy en Zaragoza el estado actual de las enfermedades de tipo parasitario, que afectan tanto a las personas como a los animales.

Según ha dicho Sánchez Acedo, catedrática de Sanidad Animal en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, en estos momentos hay gran cantidad de enfermedades, que estaban erradicadas en España o que no existían, que han reemergido o emergido como consecuencia de los viajes, la migración o el cambio global.

Entre ellas la de Chagas, ya que aunque el vector (insecto) que transmite la enfermedad no existe en España, se puede propagar con la donación de sangre o los trasplantes de órganos, ha explicado.

También se ha referido al aumento de la sarna, que se trasmite por contacto, y a la aparición de nuevos casos de malaria, no sólo en España sino en toda Europa, donde también viven los mosquitos trasmisores.

La malaria es una enfermedad muy importante "emergente y reemergente", ya que en España existía hasta el año 1963 y en estos momentos vuelven a detectarse, en inmigrantes y en personas que viajan al extranjero.

Se ha referido al caso registrado el pasado año en Huesca, en el que una persona que no había viajado al extranjero contrajo la enfermedad, lo que indica que existe "el foco de infección y los mecanismos de transmisión adecuadas".

Asimismo, ha destacado la importancia de la leishmaniasis, de la que en Europa y concretamente en España hay una prevalencia de infección en perros muy alta.

Ha agregado que, como existen los vectores (los artrópodos) que transmiten la enfermedad, se registran bastante casos en humanos, entre 200 y 300 al año.

Las enfermedades parasitarias son peligrosas para la vida de las personas porque los pequeños protozoos que las producen se multiplican en los órganos del sistema reticuloendotelial y afectan al hígado, al bazo o al corazón.

Existe otras como la triquinosis, por consumir carne de jabalí sin controlar o más raramente cerdos, que ya no suponen un problema en España, aunque hay cuatro o cinco brotes al año, ha explicado el catedrático emérito de Parasitología Antonio Ramón Martínez, de la Universidad Complutense de Madrid.

Ha agregado que, además del único caso de malaria autóctona de Huesca, esta provincia ha tenido también un brote de triquinosis este año, en el que ha fallecido una persona por haber consumido embutidos de jabalí sin haber pasado ningún control sanitario.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Parasitología, Pablo Díez Baños, de la Facultad de Veterinaria de Lugo, ha señalado que entre un 5 y un 10 por ciento de las enfermedades podrían ser parasitarías, tanto autóctonas como procedentes de otros países donde son endémicas.

Para su estudio, la asociación reúne a unos 300 socios de toda España, de áreas científicas como Medicina, Biología, Veterinaria, Farmacia o Química.