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22 jul 2013

Detectan resistencia de las vinchucas a los insecticidas habituales

[Argentina] estudio científico sin precedente, realizado durante tres años en un área rural de la provincia del Chaco, encontró que los protocolos que se utilizan internacionalmente fallan a la hora de eliminar al insecto vector del mal de Chagas.

Según explica Gabriel Stekolschik en un despacho del servicio de información científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA ( www.exactas.uba.ar) , en 1991, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay -con el liderazgo de la Organización Panamericana de la Salud- lanzaron la denominada Iniciativa del Cono Sur contra la Enfermedad de Chagas. La iniciativa se propuso como meta interrumpir la transmisión del Trypanosoma cruzi , el parásito responsable del mal, para 2005.

Pero si bien se documentaron avances significativos en ese sentido, la eliminación de la vinchuca y de la transmisión todavía es materia pendiente. Particularmente, en muchas comunidades rurales y periurbanas del Gran Chaco, un área de más de un millón de kilómetros cuadrados compartida por Bolivia, Paraguay y la Argentina.

En la región chaqueña argentina, la recurrente reaparición de vinchucas luego de rociar las viviendas con insecticidas permitió comprobar que la fumigación de las casas y de los focos peridomésticos, incluso utilizando doble dosis de insecticida, no evita que las vinchucas reaparezcan en las viviendas.

Para tratar de entender el proceso de reinfestación de los domicilios y evaluar la efectividad de los protocolos de fumigación de los programas oficiales de control del Chagas, un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, junto con colegas de Bolivia, Paraguay, Francia y EE.UU., lanzó un proyecto de investigación en el nivel regional, uno de cuyos principales resultados se publicó en la revista científica PLoS Neglected Tropical Diseases.

"Encontramos que los procedimientos utilizados para controlar el insecto vector de la enfermedad tienen una efectividad bastante limitada", reveló Ricardo Gürtler, investigador del Conicet y director del Laboratorio de Eco-Epidemiología de Exactas-UBA.

El estudio abarcó un área rural de 450 km2 de la municipalidad de Pampa del Indio, en la provincia del Chaco, donde, a lo largo de tres años y con una periodicidad de cuatro a siete meses, se inspeccionaron en total 4053 sitios de 411 casas.

La primera intervención, en noviembre de 2007, consistió en un exhaustivo relevamiento de todas las casas y la aplicación de insecticida en todos los sitios en los que se encontraron vinchucas. "Esperábamos un fortísimo impacto entre los cuatro y los doce meses posteriores al primer rociado, pero, en lugar de encontrar ausencia de insectos, encontramos un 10% de infestación -comentó Gürtler-. Ése es un nivel muy importante que nos alertó sobre una moderada resistencia a los piretroides, que son los insecticidas que se usan para combatir la vinchuca desde hace unos 30 años."

Los científicos descubrieron que los tratamientos selectivos, es decir aquellos en los que sólo se rocían los focos de vinchucas, no tienen efecto. Los investigadores recomiendan "tratar toda la vivienda y, en lo posible, ir un poco más allá del domicilio, porque es muy probable que haya otros focos cerca. Si no se continúa con la vigilancia y los rociados, en pocos años se volverá casi a la misma situación que había cuando comenzamos", dijo Gürtler.

19 jul 2013

Identifican cambios atómicos en la proteína de la saliva de un vector del Chagas

[España] Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) lograron describir a nivel atómico cambios muy sutiles que ocurren en una proteína clave para la transmisión de la enfermedad de Chagas por uno de sus vectores.

La proteína nitroforina está presente en la saliva de un “pariente” de la vinchuca que vive en el norte de América del Sur y en América Central, Rhodnius prolixus. Conocido popularmente como chipo, representa el segundo vector en importancia del Chagas después del Triatoma infestans.

La nitrofurina contiene cierta estructura atómica de varios anillos, el llamado “grupo hemo”, que le permite cumplir una doble función: transporta óxido nítrico, un gas vasodilatador que permite que le lleguen más nutrientes al insecto; y captura la histamina liberada por las células sanguíneas, que actúa como una especie de señal de alerta del sistema inmunitario. “De este modo, (la nitrofurina) impide que el organismo de la víctima detecte la picadura”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Alejandro Vila, investigador del CONICET en el IBR y profesor de Biofísica en la Universidad Nacional de Rosario.

El trabajo se realizó utilizando un moderno equipo de resonancia magnética nuclear de alto campo disponible en el IBR y fue publicado en “Inorganic Chemistry”, una prestigiosa revista de química de la American Chemical Society. El equipo empleado posee potentes imanes con los que se someten estructuras biológicas de diminuto tamaño a fuertes campos magnéticos, gracias a los cuales es posible lograr una caracterización a nivel atómico.


Estructura tridimensional de la proteína nitroforina de Rhodnius prolixus y su grupo hemo (indicado en gris). (Foto: Créditos: IBR)

Aunque el hallazgo no tiene aplicaciones terapéuticas inmediatas, Vila señaló que los resultados obtenidos pueden ser considerados por otros grupos de investigación que se centran en el Chagas y buscan armar el “complejo rompecabezas” de los engranajes moleculares que participan en su transmisión.

En el trabajo también participaron Luciano Abriata y María Eugenia Zaballa del IBR en colaboración con el grupo de la profesora F. Ann Walker de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos.

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